Las redes sociales ofrecen una gran oportunidad a las organizaciones sin ánimo de lucro para conectar, comunicar y atraer a nuevas personas, siempre que se defina una estrategia, unos objetivos y unas acciones, en el marco de un plan de “Social Media”.
Televisiones, ordenadores, teléfonos móviles…, las nuevas tecnologías forman parte de nuestras vidas, hasta el punto que los menores de 30 años pasan 10,5 horas diarias frente a una pantalla, las personas de entre 31 y 45 años pasan 9,3 horas y los mayores de 60 años pasan 3,8 horas.
En este contexto tienen especial relevancia las redes sociales y la web 3.0. De hecho, las redes sociales se han convertido en las principales aliadas de las entidades sin ánimo de lucro, especialmente de aquellas organizaciones más pequeñas o medianas. Es lo que se desprende de un estudio elaborado por Nonprofit Tech for Good, según el cual, el 92% de las ONG a nivel global tiene una página de Facebook; el 72% tiene un perfil en Twitter; y el 39% tiene un perfil de Instagram.
Sin embargo, y a pesar de estos datos, muchas de estas organizaciones reconocen que no tiene una estrategia definida sobre cómo utilizar sus redes sociales, y sólo el 32% tiene una estrategia Social Media por escrito.
Las acciones en las redes sociales pueden tener una altísima repercusión, pero las entidades deben ser conscientes de que hay que invertir tiempo en planificar y gestionar, sobre todo en las primeras etapas, donde la evolución es lenta y los resultados se hacen esperar.
Una de las claves para que las organizaciones logren tener éxito en las redes sociales, es involucrar a las personas voluntarias. Estas personas deben ser uno de los pilares de la estrategia de comunicación digital, ya que son personas especialmente comprometidas e identificadas con las organizaciones con las que colaboran, y facilitan una comunicación cercana, continuada y transparente con el entorno.
En este mismo sentido, la presencia de la junta directiva en las redes sociales ayudará a la entidad a cumplir sus objetivos generales, y al mismo tiempo mantendrá el equipo directivo al día de las tendencias tecnológicas.
Un aspecto a tener en cuenta, son los recursos que se pueden asignar a la gestión de las redes sociales. No tiene ningún sentido dar de alta perfiles en las redes sociales si no se dotan de contenido. Por ello, hay que seleccionar las redes que son interesantes para los objetivos de la entidad, y de qué recursos, tanto económicos como humanos, se dispone.
En definitiva, las redes sociales ofrecen una gran oportunidad a las entidades para conectar, comunicar y atraer a personas.
Consulta el informe completo en: techreport.ngo.
Articulo publicado en Xarxanet.org en marzo de 2017.